Entrevista a Nuria Alonso, directora de Fundación Cepa González Díez de León, patrocinadora de la Caravana del Cambio que llevará a la Delegación DFC España hasta Roma para que los 100 jóvenes que la integran presenten sus proyectos con los que ya han mejorado su entorno. Además, como reconocimiento a su labor como agentes de cambio de sus comunidades, el día 30 de noviembre serán recibidos por el Papa Francisco.

Por Beatriz Alonso

Pregunta: Uno de los 25 proyectos de la Caravana del Cambio, Ellos nos dieron la vida y nos cuidaron”, viene de un colegio de León, el Divina Pastora, ¿qué puedes destacar de este proyecto?

Respuesta: Los fundadores de nuestra organización iniciaron su labor filantrópica en León financiando una residencia de la tercera edad, así que me gusta mucho que los jóvenes de Pastorinas hayan tenido en cuenta a las personas mayores, porque es un colectivo que, si tú no vas a los centros, desaparece de tu visión habitual. Que su proyecto se haya dirigido a personas que están en la última etapa de su vida me parece muy importante.

P: ¿Qué te parece la Caravana del Cambio? ¿Qué destacarías de la iniciativa? ¿Qué os ha motivado a patrocinarla?

R: Me parece súper divertido. Desde el punto de vista de adulta, es una experiencia que te da la oportunidad de volver a la época escolar, que te permite conectar con los jóvenes. Y con esta conexión, a lo largo del camino se irá formando la Delegación DFC España. A través de la comunicación se irán creando vínculos.

Personalmente, estoy deseando ir al Encuentro ¡Yo Puedo! en Roma. Me produce mucha curiosidad ver cómo son los proyectos que se han emprendido con la metodología, qué se les habrá ocurrido para mejorar su entorno; ver cómo interactúan jóvenes de orígenes tan diversos [40 países]; en definitiva, ver cómo disfrutan de la experiencia. Es muy interesante darse cuenta de qué cosas ven que se pueden cambiar, que para nuestros ojos de adultos pasan desapercibidas. Cómo proyectan esa posibilidad de cambio me parece muy interesante. Además, al reunirse más de 2.000 jóvenes en Roma, podremos ver qué tienen en común proyectos de lugares muy distintos, las diferencias según el grado de desarrollo del país… Es muy enriquecedor conocer a personas de otros países, te abre la mente. Aprendes mucho de todo lo que aportan.

Al final, compartir con jóvenes es muy entrañable. Cuando estás con ellos, te liberas de encorsetamientos que has ido adquiriendo, te colocas los ojos de tus 15 años teniendo en la retaguardia la experiencia.

Además, van a conocer la historia de Roma. Es un marco estupendo. Y poder ver al Papa, es un regalo. Juan pablo II pudo movilizar a mucha juventud y esa es la clave: los jóvenes son los que pueden cambiar el mundo: tienen la energía y las ganas.

P: ¿Cómo conociste Design for Change?

Cuando Mónica Cantón de Celis, actual CEO de Design for Change Global, se puso en contacto conmigo en 2013. En ese momento estábamos empezando con la Fundación, y nos propuso realizar un LAB I CAN [Formación de 12 horas en la metodología DFC]. Nos pareció súper innovador. Lo pusimos en marcha y fue fantástico. Creo mucho en el proyecto. Vimos que en México estaba implantado en 250.000 escuelas y eso es un gran aval. Soy una convencida de que la educación es lo que mueve el mundo, y hay que darles a los chicos la confianza de que ellos pueden hacer las cosas, a través de una guía adulta para lo que sea necesario. Una buena educación es la clave.

En la Fundación, cuando hacemos las propuestas al patronato, incluimos Design for Change. Nos parece que es súper importante. Por ejemplo, trabajamos con la Universidad de León para facilitar los estudios de los jóvenes que tienen dificultades económicas, ese es uno de nuestros pilares: favorecer la educación. Me acuerdo de un chico que era de un pueblo pequeñísimo y no podía hacer frente al coste de sus estudios; y recuerdo cómo lloraba de alegría su madre cuando defendió su tesis doctoral. Son experiencias increíbles.

La Fundación CEPA nace a causa de los problemas económicos que surgen con la crisis de 2008, cuando muchas familias no pueden pagar las matriculas de la universidad. Por un lado, mantenemos ayudas de emergencia social, con ONG como Caritas; y luego está la parte educativa, donde por ejemplo entra Design for Change. Hay muchas necesidades y pocos recursos, así que intentamos colaborar entre organizaciones.

Pregunta: La Fundación CEPA “tiene por objetivo y misión la ayuda, realización y promoción de actividades de carácter asistencial, cultural, educativo y social con el fin de impulsar el desarrollo humano, personal, cultural e intelectual de las personas, especialmente de las más necesitadas, así como favorecer sin exclusividad, el desarrollo económico y social de la zona”, ¿Puedes contarnos algún ejemplo concreto sobre vuestra labor?

Respuesta: Por ejemplo, me emociona el Programa “Becas USA”, porque nos llevamos a Estados Unidos a jóvenes que, en muchas ocasiones, no han salido de su pueblo, y la experiencia que viven les permite poder competir con gente que ha tenido otras oportunidades económicas. Es un regalo para ellos vivir un año esta experiencia.

O el Programa con la Fundación Juan Soñador, de carácter más práctico, para la formación de los jóvenes en cursos de camarero y de cocina. Me emocionan particularmente las palabras de un chico que hablaba sobre el programa porque refleja muy bien nuestra labor. (ver aquí)

P: ¿Qué destacarías de la metodología DFC que no aportan otras metodologías innovadoras?

R: Design for Change es pedagogía para que los jóvenes entiendan que pueden mejorar su entorno, así que hay que ayudarles a conseguirlo. Aprenden a trabajar en equipo, a mirar con los ojos de otras personas, a enriquecerse con el proceso… Es un gran aprendizaje para su vida en el futuro. Si la trabajas esas competencias desde niño, es más fácil llegar a la adultez con ellas integradas. Y se las van a exigir en el mundo laboral.

P: “Los niños no son el futuro, son el presente”, ¿qué te sugiere?

R: Tú no puedes trabajar en el futuro, tienes que trabajar en el presente. Si quieres tener un futuro, tienes que trabajar el presente. Tienes que empezar emprendiendo este tipo de iniciativas, para que cuando el futuro llegue, ya hayas recorrido parte del camino. Se tiene que trabajar para que desarrollen estas capacidades, y con sus proyectos DFC se ponen sus propios objetivos y se motivan. Así serán adultos motivados y con ambición para ponerse retos. La autoestima es básica. Si crees que eres capaz, lo eres. Tienes que saber dónde ir, saber que puedes llegar y lidiar con las dificultades que aparecerán, porque DFC te da las herramientas para enfrentarte a retos.

Y, además, los docentes que les guían son referentes para los niños. Son fundamentales. Todo el mundo recuerda a un profesor. Si son personas comprometidas, los niños lo perciben y todo es más fácil. Hay que darles la oportunidad a los jóvenes. Es fundamental. Por eso DFC es muy importante, por la labor de formación que hace con los docentes.

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